3 de enero de 2011

CAPITULO 45


Aqui os va :)

-Maravilloso. ¡Ma-ra-vi-llo-so! - El Señor Oscuro apareció de detrás de una ola de pequeños monstruos aplaudiendo- Me encanta la sensación de la Magia Blanca. Y más si es tan poderosa como la Real.

El Señor Oscuro era alto, 1,80 puede. Por sus andares era joven, pero por su cara arrugada antes de tiempo, sus grandes entradas y pelo negro grisáceo se podría decir que tanta maldad no es buena. Pero lo que me llamó la atención, y seguramente a mis boquiabiertos amigos también fueron sus ojos.

Sus ojos eran violeta. Como los míos. Como los de la realeza.

-¿Sorprendida majestad? -dijo cínicamente refiriéndose a sus ojos

-No -mentí - El primer Señor Oscuro fue de Sangre Real, por lo tanto...

-¡No mientas! -gritó el señor Oscuro. Instintivamente, Iara e Insua se acercaron más a mí- Eso, eso, pegaos a vuestra princesita heroína. Eso no salvará a vuestros amigos -sonrió.

Mi campo de fuerza cayó con mis brazos. Enseguida, Insua subió otro.

-¿Dónde están? -dije intentando sonar fuerte.

-Directa al grano, me gusta -asintió el Señor Oscuro.

-No busco agradarte, sino a mis amigos -dije.

-... y además agresiva -siguió diciendo- tranquila princesita, sé a lo que has venido.

No sabía si ponerme a gritar como una loca de la emoción o si tirarme de los pelos por el estrés. Opté por seguir mirando al frente desafiante. Por fin estaba aquí, cerca de Leo y J.P. Mi corazón comenzó a latir con fuerza: sabía que el Sr. Oscuro tenía un As debajo de la manga.

-Tus queridos Leo y Jotapé están en otra habitación igual que esta -dijo el Señor Oscuro-. Pero aquí la cosa se complica: tenéis que encontrar el lugar.

El Sr. Oscuro comenzó a caminar hacia atrás.

-Tenéis cinco minutos -continuó- por cada minuto de más, les cortaré un miembro. Primero uno, y luego a otro. La cuenta atrás ha comenzado, princesita. La única regla, es que no hay reglas -y desapareció.

Nada más salir del campo de visión, un ataque de magia nos cayó encima.

-¡CORRER! -grité, protegidos por Insua.

Tras unos eternos segundos, conseguimos llegar al túnel, y no paramos de correr. Cada segundo que pasábamos corriendo por aquel laberinto, me ponía más nerviosa. Noté como ralentizaba intentando contar los minutos...

-¡Tisiana! -me gritó Iara- No te desconcentres ahora.

Y en ese momento, un grito irrumpió la oscuridad. Corrí más rápido, dejando sin querer a mis amigos detrás y alzando el brazo derecho, grité a todo pulmón:

-¡JOTAPÉ!

Sólo tenía en mente una imagen de Jotapé sin brazo, o sin pierna mientras corría. Era consciente de que dejaba atrás a mis amigos, pero me dio igual. Después de Jotapé iría Leo.

De repente, paré. Mis amigos tropezaron conmigo.

-¿Qué demonios...? -preguntó Insua.

-Se tiene que tranquilizar -dijo Iara-. Está actuando de una forma que no salvará a nadie.

La miré, agradecida. Iara posó una mano sobre mi hombro.

-Estamos contigo -dijo.

Sonreí, y flaqueada por ellos salimos del túnel. Nos quedamos quietos, ya que si seguíamos caeríamos por un gran abismo. Al otro lado de éste, en tres grandes piedras flotantes, estaban Leo y Jotapé... y en medio el Señor Oscuro.

-¡Qué rapidez, majestad! -decía el hombre- Así no es divertido. "Casi" no hice nada.

Mi mirada pasaban de Leo a Jotapé, y de Jotapé a Leo. Mi mejor amigo tenía su mano derecha contra su barriga y tenía la cara contraída en una mueca de dolor. Me parecía tan irreal, tan falso que él estuviese ahí... pero ahí estaba, con sus ojos oscuros y pelo rubio siempre perfecto... me sentía tan confusa.

Mi mirada pasó a Leo. Estaba en el suelo, con la cabeza gacha y su pelo negro despeinado. Debió de sentir mi mirada porque levantó su cabeza y clavó sus ojos azules rebosantes de amor en los míos. Se notaba a leguas lo cansado que estaba.

"Pobrecito mío" pensé. Entonces, Leo cerró los ojos, y suavemente, negó con la cabeza.

-Aquí están las dos personas más importantes para ti, ¿cierto?

Asentí. No quería hablar y demostrar aún cuando mis dos amigos estaban detrás.

-¡Menos mal! -dijo- Podría haber raptado cualquiera de esos dos personajes que tienes detrás, pero se me hizo más fácil raptar a tu amigo el mundano. En cuanto a Leo -dijo mirándolo con desdén- no me lo esperaba, pero así será más divertido mi plan.

Tragué saliva. ¿Qué plan? Miré a Iara y a Insua en busca de respuestas.

-Uy, se me olvidaba -dijo el Sr. Oscuro moviendo la mano- Desapareced de mi vista -dijo mirando a mis amigos. Sentí una corriente de aire y me giré: habían desaparecido.

-¿¡Dónde están!? -grité.

-Oh, tranquila, están a salvo -sonrió maliciosamente el Señor Oscuro- Pero ahora solo estamos los cuatro.

-¿Qué quieres de mí? -pregunté.

-Quiero que sufras -el Señor Oscuro clavó su oscura mirada en mí-. Quiero que llores y grites clemencia. Quiero que tengas tu merecido.

-¿Por qué yo?

-Porque eres de Sangre Real, cariño. No eres tú -bufó- no eres tan importante. Es por toda tu familia, por todos tus antepasados que vivieron en paz. Por los míos que no lo hicieron, que sufrieron en silencio cubriendo el color de nuestros ojos.

-Entonces, ¿por qué me atacas a mí? -pregunté.

-Porque eres la niñita de tu padre, Rey de Reyes, como lo fue su padre y su abuelo. Porque eres la heredera perdida del trono de los Cinco -sonrió-. Porque eres nueva y no sabrás defenderte.

-Eso no es justo -dije.

-La vida no lo es, niña. Si lo fuese, no estarías aquí. Habrías crecido en el palacio real con tus padres, habrías sido poderosa, querida y rica -dijo- pero la vida no es justa.

Apreté los dientes.

-Pero sigamos con esto. Estás aquí para intentar rescatar a uno de estos dos muchachos...

-¿Uno? -interrumpí con el corazón en una mano.

-Por supuesto, ¿no te lo había contado? -El Señor Oscuro puso mueca inocente- Vas a pasar por uno de estos dos puentes -de la nada se alzaron dos puentes: uno hacia mi mejor amigo, y otro hacia mi novio- sorteando el peligro y llegando hasta el chico -El Señor Oscuro sonrió de forma siniestra- Así que, princesita, elige a uno de ellos.



OH MY GOOOOD! :) Que os parece? ¿A quién creéis que salvará nuestra princesa? Listas para la recta finaal????


Un beso, Nati.

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