15 de noviembre de 2009

CAPITULO 14 (segunda parte)

HE AQUÍ LA SEGUNDA PARTE: disfruttaaaaad (:


AUNQUE yo me negué, al cabo de unos diez minutos, estaba sentada en el asiento del copiloto del Jeep, con Leo a mi lado.

 Entre nosotros había un silencio incómodo. Yo miraba por la ventanilla, enfadada.

 -Tisiana, lo siento, de veras.

 -Olvídalo Leonardo. Es mejor así.

 -No te pedía perdón por eso-dijo. Mi enfadó fue cambiado por la curiosidad.

 -¿Qué? Si no es por eso…. ¿qué más me has hecho?

 -Tus dolores…son cosa mía-confesó.

 -¿Qué? Eso es imposible-negué con la cabeza.

 -Mi elemento es el agua, ¿te lo había dicho?-preguntó.

 -Lo mencionaste una vez-recordé cuando conocimos a su hermana pequeña, Yakira.

 -Bueno, pues con la bebida que te tomaste, hice que ésta se revolviese y…te hiciese vomitar.

 -¡¿QUÉ?!

 -Tis, no grites.

 -¡No me llames Tis! Leo, eres un enfermo mental.

 -No, no lo soy.-detuvo el coche en la gravilla y lo apagó. Me miró, claro, que yo no lo hice: había vuelto a mirar la ventanilla. Leo cogió delicadamente mi barbilla y la hizo moverse hacia su dirección.

 -Era una escusa para hablar contigo.

 -Vamos Leo-bufé- no te pega ese sentimentalismo.

 -Puedo ser muy romántico cuando me lo propongo.

 -Me encantaría verlo.

 -Tendrías que ser mi novia entonces-dijo, regalándome una media sonrisa.

 -Nunca.

Leo se encogió de hombros.

 -Pero no era por eso-dijo-solamente-añadió.

 -¿Entonces?

 -Tisiana-dijo poniéndose serio-nos…me encantaría que vinieses al internado Mágico.

 -No-dije automáticamente- No voy a ir allí, por dos razones; una, porque no quiero y dos, no es mi mundo, Leo. Y te tendría que ver todos los días-fingí un escalofrío, mientras que mi corazón, ante aquella idea se había revolucionado.

 -Esas son tres-rió-Pero, en cuanto a la segunda, sí es tu mundo Tis. Tienes que empezar a admitir que eres maga. Podrías causar graves daños, sobre todo medioambientales, cuando por ejemplo, te enfadas.

 Yo reí, pero él me hizo salir del coche. De pronto comenzó a decirme.

 -Tú no quieres ir porque te da miedo ser una marginada o ser patética.

 -No es por eso…-dije, pero él continuó.

 -Tampoco quieres ir porque no soportarías verme todos los días y mentirte a ti misma diciéndome que no quieres nada conmigo por tu novio mundano.

 Comencé a enfadarme.

 -Leo, cállate.

 -Tampoco te mientas más diciendo que la escena del baño de antes no fue nada para ti, cuando ambos sentimos que despegábamos de la Tierra.

Le empujé.

 -¿Pero de qué vas? No quiero ir a tu internado porque me da miedo ser una marginada, ni porque tenga pavor a ser mala en la magia-grité. Comenzaba a hacer algo de viento, e incluso algunas gotitas caían de vez en cuando.

 -No estás negando lo nuestro-dijo Leo, poniéndose en una pose de lo más pijo.

 -¡Porque deberías saber de sobra que no hay nada! ¡NADA! N-A-D-A –deletreé la palabra.

Ahora comenzaba a hacer calor, pero seguía con viento, y algo más de llovizna.

-Vamos, admítelo-dijo Leo sonriendo y acercándose a mí- beso mejor que él.

Eso fue la gota que colmó el vaso. Sentí, mientras me estremecía de ira, como la tierra también la hacía. Le iba a decir cuatro palabras, cuando, sin previo aviso, me besó otra vez.

 Sólo que esta vez yo estaba muy enfadada.

 -¡No hagas eso nunca más Leonardo Royal!-le amenacé con un dedo, pero Leo no me hacía caso, aparentemente, ya que sonreía.

-¿Qué?

 -Mira a tu alrededor, Tisiana.

Le di la espalda, y mi mandíbula inferior calló, abierta. El mundo era un infierno: parecía que había un huracán; los vientos batían los coches, haciendo que los árboles cayesen, la lluvia impedía circular mucho a los coches, haciendo laguitos, y la tierra temblaba, aunque lo más extraño de todo, era que hacía calor.

 -Los cuatro elementos Tisiana-susurró Leo en mi oído-Controlas los cuatro elementos, lo que quiere decir que eres maga. Más ellos te dominan a ti cuando tus emociones son muy fuertes, lo que significa que eres una maga en prácticas. Pero-dijo- te controlan aunque tus sentimientos sean algo superficiales, lo que significa que eres una maga en prácticas…que no las tiene.

Me di la vuelta y le miré a los ojos azules. Poco a poco me fui relajando, y mientras yo lo hacía, el tiempo lo hacía por igual.

 -Ven con nosotros Tisiana.

Vacilé.

 -¿Porqué me lo dices ahora? ¿Porqué no antes, en el internado?

Leo suspiró.

 -La verdad es que me mandaron a convencerte. Es importante. El director ya te dijo que podía haber guerra si te ve la gente no adecuada.

Escrutaba los ojos de Leo, en busca de respuestas.

 -Leo, no puedo ir. ¿Dejar todo mi mundo detrás, mis amigos, mis estudios, mi futuro… para comenzar en uno nuevo en el cual puedo hacer que tu reina esté en peligro?

 -Es más importante tu seguridad-dijo.

 -¿Qué eres ahora, mi guardaespaldas?

Leo sonrió, pero la sonrisa no le llegó a los ojos.

 -Enserio, vente. Te prometo, no, te juro que no te quedarás sola.

 -Iría atrasada-dije.

 -El señor Romero se encargará de que vayas en mi curso. Puede que en mi clase.

Vacilé. No podía decir que sí y dejar todo atrás. Pero, la verdadera razón de toda mi negación era que tenía miedo.

 Tenía miedo a conocer la realidad.

 Tenía miedo a conocer mi historia, si la reina en realidad era mi madre, o si de veras era hija del señor oscuro.

 Tenía miedo de la reina. Nos sabía por qué, pero era así. Supongo que era otra cosa de la cual me sentía culpable.

 Tenía miedo de dejar mis amigos atrás, y aunque estuviese Leo allá…no sé.

En fin, tenía miedo al mundo mágico, y lo que conlleva ser parte de él.

  -Y bueno, si de verdad confías en tus amigos, le puedes contar la verdad, y así mantener el contacto con ellos.

  -¿Podría?

  -Si estás segura de que no se lo dirán a nadie, sí-asintió.

 Pensé inmediatamente en Jotapé. Él lo entendería, y sobre todo me creería, Melisa no.

 -Tengo miedo-dije.

Leo me apretó afectuosamente el brazo.

 -¿Eso es un sí?

Le miré, consciente de que mi próxima palabra significaba el comienzo de una nueva vida totalmente diferente, consciente de que dejaría todo atrás.

Pero mirando los profundos ojos azules mar-ahora sabía que era literal- sólo podía ver positivamente acerca de ese nuevo futuro.

Suspiré.

 -Sí -dije- significa un sí.


BESOS (k)

0 Comments:

Post a Comment



Template by:
Free Blog Templates