2 de noviembre de 2009

CAPITULO 8

Lo prometido es deuda, aquí tenéis el 8, disfrutaaaaad :-)


HABÍAMOS avanzado unas cuantas manzanas cuando me vibró el móvil.

 -¿Si?

 -¿Tis? Pero bueno tñia ¿dónde estás?

 -Ah, hola Jotapé-dije. Miré a Leo, y vi que él me estaba mirando.

 -Son casi las seis-sonaba enfadado-la película empieza a las seis y media.
¿Dónde estás?

 -Oh, cierto, la película, esto…voy de camino Jotapé-dije. Miré a Leo, y viendo que abría la boca, con la mano libre se la tapé.-Tú calla.

 -¿Perdona? ¿Me estás diciendo que me calle?-me preguntó altanero Jotapé.

 -No, no, no Jotapé…se lo digo a…-miré a Leo y suspiré-es que llevo compañía.

 -¿Masculina?-pregunté. Cerré los ojos y me imaginé a Jotapé alzando una perfecta ceja rubia y con una media sonrisa.

 -Sí, masculina-ahora fue Leo quien alzó una ceja.

 -Bueno, puede venir, sí. Pero ya-añadió de vuelta enfadado-Un compi de Tis-dijo para alguien que sonaba en el fondo del teléfono-Y es un hombre-dijo a lo que se le oyeron unas risas.

 Yo me ponía roja a por momentos.

 -Bueno nos vemos, chao-no le di tiempo a contestar.

Leo me miró, sonriendo. Quité la mano que tenía en sus labios que se veían…

 -Así que ahora si tenemos una cita ¿no?-vale, eso ya no se veía tan bonito.

 -Ni lo sueñes, esto simplemente es una desviación del plan original-dije ruborizándome.- ¿Tiene que ser un lugar específico, lo que quiera que vayas a hacer? Algo como en Harry Potter, que entraron a un bar y…

 -No, el portal lo abro yo donde quiera y cuando quiera-interrumpió.

 -¿Y lo puedo hacer yo?

 -Puedes intentarlo, pero el internado no te reconoce, no te dejaría pasar. Tienes que haber estado allí unas cuantas veces.-breve silencio- ¿Y adónde vamos en nuestra desviación del plan original?

 -A los cines del centro, ¿Adónde sino?-le dije en tono de burla.

 -A los cines del metro.

 -No hay cines…-paré al ver que el me miraba sonriente-pero es imposi…-ahora era él, que con un dedo, me tapó la boca.

 -No digas que es imposible. Es magia, irónico ¿no? Ya te dije, que tu mundo está a punto de cambiar.-Me miró de arriba abajo-Ya te llevaré algún día.

 -Muy lejano-puntualicé.

 -No te creas-yo le miré.

 -Eres muy creído, los sabes ¿verdad?

 -Ni tanto-dijo quitándole importancia con una mano.

Anduvimos los pocos minutos siguientes en silencio.

 -Está bien, ¿y como vamos a hacer?-le dije, cuando bajamos del coche.

 -Antes de que empiece la película, las chicas soléis ir mucho al baño. Espérame en un baño con puertas-sonrió- y yo te encontraré.

 -¿Cómo me vas…? ¡Ay!-me quejé cuando me arrancó un pelo. Le miré intrigada.

 -Teletransportación-me guiñó un ojo.

 Yo bajé la mirada, avergonzada, y comenzamos a andar hacia las taquillas. Como buen sábado, había mucha gente, y nos llevó rato encontrar a mis amigos. Cada vez que alzaba la mirada, alguien me la devolvía maravillado “Que ojos” decían “Mira mamá, mira, esa chica tiene los ojos violeta”. Ya estaba acostumbrada, pero ahora con Leo, que me daba apretones afectuosos en el hombro como diciéndome “tranqui” o cosas así.

 Jotapé y Melisa estaban en la cola de las taquillas. Cuando llegamos, Melisa alzó una ceja, y Jotapé “disimuladamente”(no fue nada disimulado) me subió un pulgar.

 -Esto, chicos, os presento a Leo-dije, señalándole.-Leo, Jotapé, Jotapé, Leo.

Leo subió la mano para dársela, pero Jotapé la ignoró y le dio dos besos. Leo se quedó estupefacto.

 -Encantado Leo-dijo Jotapé colocándose a mi lado.

 -Y Melisa, Leo, Leo, Melisa-Melisa tardó bastante en despegar sus labios de las mejillas de Leo, y éste le sonrió de vuelta. Me sorprendí mirando a Melisa con los ojos entrecerrados.

 -¿Cuál vamos a ver?-nos preguntó Leo.

 -La cruda realidad-dijo Melisa.

Después de comprar las entradas, Leo anunció que quería ir al baño, y me miró a los ojos. Al principio, se me olvidó el porqué de mirarme así. Después, en mi mente se hizo la luz.

 -¡Oh! Sí, yo…yo también. –Leo sonrió y asintió.

 -Me alegro, así vamos las dos juntitas-dijo alegre Melisa.

 -¿Qué? No. –dije.

 -¿Ahora no me vas a dejar ir al baño a mear? Chica, ¿de qué vas? Vamos Tis, no me seas –y me agarró del brazo arrastrándome (nos) al baño. Miré a Leo, que me dijo “tranquila” sin emitir sonido alguno, y levantó un brazo, enseñándome donde debería de estar mi pelito, y me guiñó un ojo.

 En el baño de las chicas, Melisa me estaba contando lo que me había perdido del día anterior.

 -Miguel nos contó porque te fuiste. Y que te fuiste con él.-me dijo, sonriéndome. Yo evité su mirada, y asentía distraídamente. Melisa, al notar eso, se acercó a mí y me acorraló. Solo podía mirar sus ojos verdes.

 -Tis, hace siglos que tu boquita está sola. Miguel está para comérselo entero, nena. Aprovecha.

 -No quiero hacerle daño-le dije.

 -Tisiana, ¿te estás escuchando? “No le quiero hacer daño”-dijo imitando mi voz.-Enserio, Tis, dale una oportunidad al chaval. Además, va a ser divertido.-me dijo sonriendo.

 -Quiero ir al baño-dije, empujándola.

 -Claro que sí, quieres irte a cagar sobre mí-me dijo riendo.

 -Me quiero ir a cagar en tus planes estrafalarios que te están pasando por la mente, y que te aviso desde ahora, no voy a cumplir-y diciendo eso, cerré la puerta y esperé.

 A los segundos Leo llegó.

 -¡Ay!-dije-Me asustaste.

 -Lo siento-susurró. Alzó la vista para ver el pequeño espacio que había-Me lo había imaginado más grande.

 -¿Mas grande? Leo, a los baños se va a mear, cagar y no sé, ¿sonarse los mocos?

 -¿Qué? ¿Sonarse los mocos?-me dijo estupefacto- ¿Pero en qué siglo vives?

 -En el veintiuno-dije- ¿Y tú?

 -Eres algo inocente, Tisiana-me dijo bajando la cabeza para mirarme.

 -¿Inocente? ¿Inocente por qué?-le dije. Y fue cuando caí -¡Pero serás guarro! ¡Aléjate de mí, cerdo!-le dije, empujándole, lo que ocasionó algo de estruendo.

 -¿Tis? ¿Estás bien? ¿Te ayudo en algo?-se escuchó decir a Melisa. Yo miré a Leo buscando una escusa.

 -No, no, es que…..hoy comí muy pesado-dije. Leo se echó a reír silenciosamente. Sentí su aliento en el pelo.

 -Ya, claro. Lo que te pasa es que a ti te pesa el culo.- Respondió Melisa- Vamos Tis, tú caga tranquila, que si pasa algo tu culo te amortigua.

 -Agárrate a mí-me dijo Leo.

 -Ni lo sueñes, cochino-le dije. Leo se pegó más a mí y pasó sus brazos alrededor mío. Sentía uno en mi espalda. Eso me dio un escalofrío. Alcé la cabeza y me sorprendí. Estábamos tan pegados, que si me ponía de puntillas (vale, muy, muy de puntillas, por mi estatura) incluso podría besarle. Leo me miraba intensamente a los ojos. Por cada segundo, yo sentía que me moría de vergüenza.

 -¿A qué esperas?-le dije.

Leo sacudió ligeramente la cabeza.

 -Lo siento. Tus ojos son muy bonitos, Tis. Me desconciertan. –me dijo.

 -¿Me estás diciendo algo bonito?-le pregunté, sonriente.

 -Te lo puedes tomar por algo así, ¿por?

 -Estás intentando ligar conmigo, entonces-le acusé.

 Leo me miró muy sonriente y con cierto brillo de picardía en los ojos.

 -Nunca lo sabrás.

Y entonces el mundo comenzó a dar vueltas y se puso todo negro. 

Si os parece muy largo, avisad y los vuelvo a subir mas cortos, pero es que con éste no sabía donde cortarlo.... (:

BESIITOS :D

pd: intentaré subir uno más mañana, pero al faltar toda la semana pasada a clase, se me amontonan las cosas, por lo que subo mañana o el miércoles (:

0 Comments:

Post a Comment



Template by:
Free Blog Templates