1 de noviembre de 2009

CAPITULO 4 (:

ESTACIONAMOS frente una cafetería italiana. Leo se bajó, y rápidamente llegó a mi puerta a abrirme. Me tendió la mano, que rechacé y metí en el bolsillo. Leo sonrió y se encogió de hombros.

  Al parecer el camarero ya conocía a Leo, porque le saludó jovialmente y nos mandó a una esquina muy alejada. Nos sentamos uno en frente del otro. Una camarera llegó a pedirnos nota.

 -¿Desean algo para tomar?

 -Yo quiero una coca-cola-dijo Leo. Me miró y asentí. Leo alzó a la vista a la camarera, sonrió y añadió: -Que sean dos.

 La camarera se quedó durante más de los segundos educados mirando, sonriente a Leo. Luego, agitando la cabeza, se marchó. Leo rompió el silencio incómodo que se abrió entre nosotros.

 -No quiero que me tomes por nada malo-dijo-pero me gustaría saber todo de ti.

Yo le miré estupefacta.

 -Pues hay varias cosillas malas que se me están pasando por la cabeza ahora, ¿sabes?

Leo rió, pero enseguida se puso serio.

 -De verdad, lo…lo necesito.

Enarqué una ceja.

 -¿Qué lo necesitas? ¿Por qué? Nos soy nada fuera de este mundo, no entiendo que quieras…o necesites-enfaticé- saber de mí. No hay nada fuera de lo corriente.

Leo suspiró y se separó un poco de la mesa, como pensando.

 -Bien, supongo que tendré que empezar yo.

 -No estaría nada mal, no.

 -Está bien, pero no me interrumpas ¿vale?

 -Vale, pero no entiendo…-no pude seguir porque la camarera llegó con nuestras bebidas.

 -¿Algo para comer?

 -Lo de siempre-contestó Leo. Alcé el menú que tenía debajo de mis mano, y pedí lo primero que vi.

 -Yo quiero pasta a la carbonara.-La camarera tomó nota y se marchó.

 -Bien, dispara-dije. Leo, que se había quedado mirando por donde se había ido la camarera, giró lentamente sus ojos azules hacia mí, y seriamente, comenzó su relato.

 -Te mentí…no, no me interrumpas-dijo al ver que yo había abierto la boca. Era algo obvio.-Voy a un internado privado, es verdad, pero no está en este pueblo. Como te explico. Ah, sí. ¿Crees en la magia?-solamente alcé una ceja-No con varitas, a lo Harry Potter, pero si la magia que se hace allí. Con hechizos o cosas así. ¿Crees en los animales mitológicos? ¿En las criaturas de la noche? ¿En hadas, duendes, elfos, magos, vampiros…? Porque si no crees en ellos Tisiana, haces mal, porque todas aquellas criaturas que están en los cuentos de hadas, de terror o en los libros, son realidad. El mundo en el que vives es más grande de lo que piensas, y todas tus creencias, están a punto de cambiar.

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